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Museos y Realidad Virtual: una tendencia que crece

La Realidad Virtual está entre nosotros desde hace muchos años, pero no fue sino hasta los ultimos 3 o 4 años que parece haber llegado para quedarse. De la mano de un mercado tecnológico cada vez más exigente y en busca de experiencias inmersivas hasta el acceso a tecnología más barata y de calidad exponencialmente superior cada día, este round parece ser el definitivo y la apreciación por la Realidad Virtual está siendo al fin aceptada masivamente. Quizás su objetivo principal sea el entretenimiento digital, pero poco a poco fue ganando un espacio predominante en el entorno educativo.

Museos y Realidad Virtual: una tendencia que crece

Es por eso que el Museo Tecnológico de Innovación de San José, más conocido como "The Tech", abrió la pasada semana una exhibición permanente llamada "Reboot Reality" (Reinicia la Realidad) en la cual se despliegan varias actividades y exhibiciones interactivas de Realidad Virtual y Aumentada. Entre ellas se encuentran paseos virtuales a diferentes museos del mundo donde los visitantes pueden no solo apreciar sino manipular obras de arte famosas; utilizar la máquina inmersiva llamada "Birdly" la cual permite al usuario volar como un pájaro (literalmente); experimentar con la poderosa herramienta de arte de Google llamada "Tilt Brush" o la "Wetbrush" de Adobe; y otras tantas actividades tanto educativas como recreativas.

Es más que obvio que el despliegue tecnológico está apuntado hacia un público joven y es un intento de despertar el interés de los más chicos en obras de arte, historia, paleontología, etc... pero queda clara la seriedad con la que se intenta acercar también la posibilidad a quienes no poseen los recursos para viajar por ejemplo, a París para terminar intentando ver el cuadro de la Mona Lisa, a 10 metros de distancia, detrás de una densa pared de plexiglas, y con cientos de personas intentando tomar una fotografía. 

Este nuevo auge de la Realidad Virtual y Aumentada está planteando interrogantes sobre como puede afectar la relación entre las nuevas tecnologías y el arte y sus muestras tradicionales, y más específicamente sobre como los museos comenazarán a realizar sus muestras de ahora en adelante. Hasta el momento, a lo único que podíamos aspirar para lograr un memento de alguna obra famosa era una fotografía tomada por nosotros o comprada en una tienda de souvenirs, y aún así no pudiendo hacerle justicia a la obra real. 

Con la realidad virtual y aumentada y con las impresiones 3D todo eso podría cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Incluso no siendo jamás la obra original, podríamos en un recorrido virtual acercarnos a una réplica digital de La Gioconda y ver sus relieves y texturas, todos sus detalles desde cualquier ángulo, hasta podríamos tomar el cuadro en nuestras manos virtuales y quizás en un futuro hasta podríamos sentir la textura del lienzo hasta su aroma. Y todo esto sin sufrir de empujones, griteríos o esperar durante horas largas colas para siquiera acercarnos a la obra. 

Claro que todavía existe mucha reticencia a esto de la realidad virtual, y probablemente siga existiendo dicha negación o desprecio en un mundo donde la discusión sobre si los video juegos son o no arte continúa latente. Pero todo avance en su determinado tiempo fue objetivo de negación y desprecio en determinadas épocas. Los primeros museos que exhibieron copias a tamaño real de obras de arte y arquitectura fueron presos de un sinfín de críticas, y si... quizás generaron un mercado de falsificadores de obras de arte, pero el fín de estos museos fue siempre el de acercar la historia de nuestra humanidad a aquellos con pocos recursos para viajar (que en antaño era incluso un lujo mayor que ahora). 

Las implicaciones educativas y de investigación que esto podría atribuir son en un principio, inimaginables. El Museo Nacional de Poznan en Polonia por ejemplo, realizó impresiones 3D de una serie de mosquetes antiguos de llave de mecha de los cuales solo existen pocos ejemplares originales que hayan sobrevivido al paso del tiempo, con el fin de ofrecer a los visitantes del museo la posibilidad de tener entre sus manos una replica casi perfecta del artilugio cuando ni el más ávido (y millonario) coleccionista jamás podría ponerle sus manos encima. 

La realidad virtual por su parte está haciendo que los museos acerquen al público una manera diferente, entretenida e inmersiva de experimentar nuestra historia. El Museo Británico con la ayuda de la universidad de York y Sheffield crearon un paseo virtual por una villa vikinga. Un museo en Sichuan, China, integró a sus muestras elementos de realidad aumentada a sus exhibiciones para darle vida al pasado. Life VR y Deluxe VR crearon una simulación realista del ataque a Pearl Harbor en la cual se puede visitar no solo la isla sino los navíos involucrados en el ataque, junto a entrevistas a supervivientes e historiadores. 

Las posibilidades, se escapan de las manos y a la imaginación. Y el mundo en general está de a poco asimilando esta nueva visión del mundo que dejamos atrás, reviviendo los momentos más recónditos de nuestra historia de la mano de nuestra más reciente tecnología. Lo detractores (que siempre están ahí) alegan que las experiencias pueden verse truncadas por la influencia del cine y la tv, dado que muchas de las evidencias y artilugios históricos se recuperaron de a pedazos, o manchados por la política, tendencias o ideologías modernas... pero aún así se basan en los restos que se pudieron recuperar y volverlos a la vida de una manera virtual lo más real que podemos aspirar... de momento. Además, "reiniciar la realidad" no suena nada mal. :)

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