Los millones de usuarios de este enorme país sudamericano desayunaron otra vez con esta noticia: "La justicia ordenó a las empresas de telecomunicaciones cancelar Whatsapp por 72 horas". Más allá de las luchas legales y de las implicancias políticas o comerciales, la afectación en los hábitos cotidianos de comunicación es inevitable.
No es la primera vez que Facebook, dueña de Whatsapp, se niega a entregar datos a la justicia sobre comunicaciones privadas entre personas que están siendo investigadas. En este caso, en Brasil, la justicia optó por obligar a las empresas a cancelar el servicio. Parece que molestar a los usuarios en un afán de empujarlos hacia otros sistemas de mensajería gratuita, es la estrategia que se está tomando para presionar al gigante global.
Este caso nos recuerda al conflicto vivido en USA hace poco tiempo entre la justicia y Apple donde este último se negó a desbloquear un iPhone.Un tiempo después, Whatsapp apareció comunicando su seguridad con un mensaje sobre el cifrado punto a punto de sus datos para despejar dudas sobre su vulnerabilidad.
Es innegable que estos dilemas llegaron para quedarse y que las grandes empresas deberán replantearse su posición afrontando los costos que sus decisiones implican. Hoy los usuarios de Whatsapp en Brasil estarán decidiendo qué utilizar y las empresas de mensajerías alternativas estarán de fiesta.
Fuente imagen: Agência Brasil Fotografias