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Parecería que las cosas que tradicionalmente conocemos que hacen daño a la salud, estarían siendo reemplazadas por otras que traen otra clase de trastornos al normal funcionamiento del cuerpo humano. El cigarrillo electrónico sería uno de ellos.
En algunos países la venta de éste, al parecer inofensivo placebo que ayuda a los dependientes del tabaco a abandonarlo, no está permitida. Hoy estudios de la conocida y prestigiosa Universidad de Harvard han descubierto que algunos de los saborizantes que se utilizan podrían contener diacetilo.
Este químico sería el causante de enfermedades tales como bronquiolitis obliterante que afecta a las vías respiratorias. Los especialistas afirman que se trata de una patología crónica que interviene en las zonas bajas respiratorias. Además, es hasta capaz de causar daños irreversibles en el sistema inmunológico de una persona.
¿Pero… cómo funciona el cigarrillo electrónico?
Fue creado por los chinos en 2004, y hasta acá los estudios determinan resultados altamente eficaces para los adictos al tabaco, que por diferentes situaciones deben dejar de fumar. Lo que hace este novedoso invento es simular y sustituir al cigarrillo. Es un inhalador electrónico que tiene una forma similar, que permite apoyarlo en los labios como se hace al fumar.
Al calentarse una resistencia permite se vaporice una solución líquida que estaría hecha a base de nicotina (el compuesto más adictivo del cigarrillo). Además, al exhalar lo que se elimina es vapor de agua lo que en principio no presentaría un problema para quienes esten cerca y deban respirar el mismo aire del fumador.
Los especialistas reconocen que el fluido utilizado para saborizar el aparato podría contener al menos “20 sustancias tóxicas contra 4000 que contiene el cigarrillo de tabaco”. Es así que mientras los científicos siguen tratando de descifrar que es bueno para nuestra salud y que no, el dilema está planteado, tabaco o diacetilo.
