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Grooveshark se va con la música a otro lado

Grooveshark se va con la música a otro lado

Uno de los precursores de los servicios streaming de música gratuita deja de existir.

Grooveshark, empujado por un fallo judicial que obligaba a sus dueños a pagar la suma de 736 millones de dólares, acordó con los demandantes salir de circulación reconociendo públicamente no haber respetado derechos de autor.

La decisión judicial del juez norteamericano Thomas P. Griesa resolvió que Samuel Tarantino y Joshua Greenbergm, dueños de Grooveshark, habían incurrido en violación de derechos de autor de forma voluntaria y de mala fe en más de 5.000 canciones.

En el caso de que no se cumpla con el acuerdo, el demandado deberá hacerse cargo de la multa dispuesta por la corte.

Es el final de un largo camino que se inició hace diez años. En aquel momento una gran cantidad de fans de la música invadió la aplicación con sus gustos, novedades y éxitos, cubriendo de sonidos la red con los más eclécticos rubros y contenidos musicales.

Tan vertiginoso fue el crecimiento que la tentación de hacerlo indefinidamente (en cantidad de canciones y en usuarios potenciales que las consuman) indujo a que sus dueños cruzaran la línea de la ley provocando y promoviendo que se violen derechos de artistas y dueños de licencias.

No obstante cabe recordar que los usuarios eran quienes subían las canciones, no la aplicación.

Este servicio tildado de “pirata” hasta por Google, llegó tarde para enderezar su rumbo. Intentó superar la situación creando convenios con  sellos como EMI o Sony pero la competencia (Spotify, Deezer, Google Play, Beats Music, Rhapsody y Rdio) ya estaba ganando el terreno que Grooveshark perdía en sus batallas judiciales defendiendo lo indefendible.

En su comunicado final mas allá de pedir perdón por su comportamiento, instan con un mensaje a “respetar la industria” diciendo: “Si aman la música y respetan a los artistas y todos los que hacen que esa música sea posible, usen un servicio licenciado que compense justamente tanto a los artistas como a los dueños de los derechos.”

Se eliminaron todos los registros de música que pertenecían a terceros, la propiedad intelectual del sitio web y de las aplicaciones para dispositivos móviles.  

El primero de mayo de 2015, fue el día en que Grooveshark dejó la web. Sus premisas fueron insignias para nuevos servicios streaming: disfrutar de la música, descubrir nuevos artistas, sin descargas y de forma totalmente gratis.

La bandera la recogen otros, pero quedará como un ícono por lo importante de su aporte y también por las razones de su caída.

Imagen: propiedad de lamberblamber
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