¿Amazon Books es el comienzo de una cadena internacional de librerías? ¿O un ícono de la empresa en tierra propia? Sin importar cual es la verdadera razón hoy existe un local con 6000 títulos elegidos por los propios usuarios que ponen a prueba un viejo estilo de venta con la experiencia del líder mundial en ventas on line.
Amazon, la compañía internacional de comercio electrónico y servicios web, en sus orígenes, fue uno de los pioneros en realizar venta on line de libros. Hoy nos sorprende con una decisión que, como todas las que tomaron desde 1995 a la fecha, vale la pena revisar, no solo por sus consecuencias inmediatas económicas sino porque de alguna manera estos “virajes de timón” han marcado tendencias en políticas de trabajo y en el impulso de determinados desarrollos tecnológicos.
A modo de ejemplo podemos decir que la empresa de Jeff Bezos -quien también es dueño del diario The Washington Post- revolucionó el mercado de la venta de libros ofreciendo sugerencias, asesoramiento y la posibilidad de seleccionar, pagar y recibir los ejemplares sin moverse de casa.
Con el impulso de esta buena idea y la aplicación de tecnología obtuvieron datos que les permitieron establecer entre sus clientes preferencias por determinados productos, definir los tipos de mercados para ofrecer servicios, planificar almacenamiento, crear logísticas de distribución y fundamentalmente lograr reducir increíblemente los precios para los usuarios del sitio.
La consecuencia de esta irrupción en el rubro produjo un fuerte impacto en la actividad artesanal y especializada de la venta de libros en locales comerciales en todo EEUU.
Posteriormente Amazon adquiere empresas relacionadas a su objeto, hablamos de libros electrónicos, audiolibros, dispositivos para leer, etc. En el año 2002 su plataforma se diversifica incorporando servicios integrales de computación en la nube, y progresivamente va añadiendo más y más productos convirtiéndose hoy en la mayor cadena minorista por internet de EEUU que vende desde servicios de software hasta ropa y alimentos.
Pero la novedad a destacar pasa por la curiosa noticia de la apertura de una librería en pleno barrio universitario de Seattle.
Para algunos es una nueva apuesta económica aprovechando toda la experiencia lograda en estas dos décadas en el rubro de ventas on line usando la información y preferencias de sus usuarios para dirigir la venta en el local hacia los productos que tienen mayor salida. Claramente es un monstruo tecnológico que irrumpe una vez más en un golpeado rubro comercial con beneficios superiores al de cualquier minorista.
Nosotros, en cambio, nos tomamos una licencia “romántica” por decirlo de alguna manera ya que preferimos interpretar esta acción como un símbolo, como un reconocimiento, como una vuelta -o por lo menos una mirada- a los comienzos de la empresa. Una forma de expresar respeto por esa tarea que se quiso simplificar con herramientas que pusieron en jaque una forma de negocio que tiene varias centurias de existencia.
Ayudan a esta impresión el hecho de que la instalación del local haya sido en la ciudad madre de la empresa, en un barrio universitario, buscando tal vez la más pura esencia intelectual.
Quizás la magia de los espacios poblados de anaqueles repletos de libros y con vendedores ilustrados no haya podido ser superados aún y este sea un camino para volver a recorrer desde lo comercial. O tal vez Amazon, sin mayores pretensiones, busca brindar un homenaje al negocio de los libros abriendo una puerta en su propia casa.