Ubicada a unos 30 kilómetros de San Francisco, la clínica aloja hasta ocho adolescentes millonarios con problemas de adicción a sus teléfonos móviles y a Internet. Ofrece tratamiento específicos para aquellos que dedican más de 20 horas al día a sus celulares.
Paradigm es una clínica al estilo mansión ubicada Estados Unidos. La misma se sitúa exactamente en la cima de una colina en San Rafael, ciudad vecina a San Francisco.
En ella se pueden hospedar niños y adolescentes “ricos” entre los 12 y 18 años de edad, que se encuentran con problemas de adicción a internet. ¿Por qué “ricos”? bueno, la tarifa promedio de un día en esta clínica oscila en los 1.600 dólares y considerando el tiempo que se necesita para un tratamiento de recuperación, es bastante costosa.
Las habitaciones son extremadamente lujosas, ofrecen bañeras con hidromasaje con vistas privilegiadas a la bahía de San Francisco y al mar. Obviamente el uso de dispositivos móviles conectados a internet está totalmente prohibido dentro de la clínica.
En ella existen horarios predeterminados que los adolescentes deben cumplir para las distintas actividades: levantarse, estudiar, comer y asistir a las diferentes sesiones de terapia grupales e individuales establecidas para cada paciente.
Como explica la directora de la clínica, Danielle Kovac, el objetivo principal es desconectar a los adolescentes para que se “reprogramen” y logren una nueva relación con la tecnología. Esto llevará que se acerquen nuevamente a sus afectos, familiares, amigos y que comiencen a realizar actividades fuera de línea (caminatas al aire libre, lectura, eventos sociales).
Para Kovac, la "dependencia a internet" repite el patrón de otras adicciones conocidas, como el alcohol o las drogas, y comienza a afectar otras áreas de la vida. La directora cuenta que muchos de los pacientes ingresan luego de abandonar la escuela, ya que por ejemplo pasaban toda la noche navegando en las redes sociales y por la mañana no podían levantarse para ir al colegio.
Es bueno recordar que Australia, China, Italia y Japón ya reconocen oficialmente la adicción al celular como una enfermedad.