El motor de inteligencia artificial de Google ha leído más de 2000 novelas románticas a fin de poder expresarse con más destreza y claridad ante nosotros: los humanos. Lo que se busca desde Google es poder desentrañar, de estructuras narrativas similares, una cantidad de sinónimos y frases que indiquen los mismos sentimientos.
La lectura, tal vez, en esta época esté sobrevalorada. Leer es una actividad que la vinculan con la inteligencia señalando un sinnúmero de beneficios para nuestro cerebro como la mejora de la memoria, ampliación de nuestra reserva cognitiva, estimulación del cerebro, nos prepara mejor para abordar problema reales, etcétera. Evidentemente Google cree en estos beneficios por lo cual, para comprender mejor y ampliar su vocabulario, ha puesto a su motor de inteligencia artificial a leer.
Lo que sorprende es que las lecturas elegidas no han sido clásicos, ni novelas de ciencia ficción, ni guiones de terror con zombies y vampiros, tampoco ibros infantiles sino novela romántica. De ese modo Google entiende que puede desentrañar de estructuras narrativas similares, las mil y una formas en que se expresan las emociones y sentimientos de conceptos tales como el amor, los celos, el perdón, el miedo, el consuelo. Teniendo todo ese bagaje conceptual cargado, el sistema podrá crear sus propias frases, compararlas con lo leído para validarlas y que sus conversaciones resulten más naturales, más humanas.
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